Es por todos sabido el continuo bombardeo publicitario de la Industria Alimentaria, así como la desinformación que suponen muchas veces las propias redes sociales, que, unido a nuestro estresante ritmo de vida, hacen el cóctel perfecto para que comamos mal, rápido y desorganizadamente, lo que conlleva, con toda seguridad, a la adquisición de unos hábitos poco saludables que van a afectar a nuestra salud.

A lo largo de los años, el control de peso se ha considerado la única estrategia para mantenernos sanos y prevenir futuras enfermedades. Hoy día, se sabe que no es exactamente el control de peso, sino una composición corporal adecuada la que nos permite alcanzar un estado saludable y nos ayuda a controlar patologías en cualquier tipo de persona.

En muchos casos se hace necesario “perder peso” para mejorar la salud y/o prevenir enfermedades. Aunque realmente lo que estamos queriendo decir es “recomponer nuestro cuerpo”, ya que una pérdida de peso per sé no es garantía de gozo de salud, la cuestión es mucho más compleja.

La recomposición corporal consiste en evaluar el estado actual del paciente y aplicar una serie de métodos y procedimientos destinados a readaptar sus hábitos de alimentación, descanso y estilo de vida con el fin de tener un porcentaje de grasa saludable y unos niveles adecuados de musculatura funcional.

Todo esto se hace muy difícil de conseguir sin el asesoramiento de profesionales que estudien el caso y elaboren una estrategia adecuada a las necesidades y características individuales.